México, DF.- Considerado uno de los clásicos en la interpretación de la época dorada de Hollywood, Henry Jaynes Fonda, famoso por películas como Sólo se Vive una Vez, de Fritz Lang, y Corazones Indomables, de John Ford, dejó de existir el 12 de agosto de 1982.
Henry Fonda nació el 16 de mayo de 1905 en Grand Island, Nebraska, Estados Unidos, y tras concluir su educación secundaria se trasladó a la Universidad de Minnesotta, donde hizo estudios de periodismo mientras trabajaba como recadero en una oficina. A decir de sus biógrafos, fue en esa época cuando se interesó por la actuación y se unió a la Omaha Community Playhouse, grupo de teatro dirigido por Dorothy, la madre de Marlon Brando.
A mediados de los años 20 intentó probar fortuna en Broadway con los University Players, conjunto de actores dirigidos por Joshua Logan, entre los que se encontraban James Stewart y Margaret Sullavan, la primera mujer de Fonda.
Hacia finales de esa década, Fonda se había forjado un nombre en el mundo del teatro con obras como The Farmer Takes a Wife, cuya adaptación cinematográfica supuso su debut en la pantalla grande. La película fue conocida en español como Contrastes (1935) y a partir de ese momento, hasta 1981, la carrera de Fonda se convierte en una de las más prolíficas y destacables de la historia del cine norteamericano.
En su primera etapa intervino en grandes películas como Trail of the Lonesome Pine (1936), de Henry Hathaway, Sólo se Vive una Vez (1937), de Fritz Lang, Jezabel (1938) de William Wyler, Lobos del Norte (1938) de Hathaway, Tierra de Audaces (1939) de Henry King, o El Joven Lincoln (1939), y Corazones Indomables, ambas de John Ford, títulos que lo convirtieron en un consentido del público.
En los años 40 sus mejores trabajos serían Las Uvas de la Ira (1940) -con nominación al Oscar incluida- dirigido por su amigo Ford; The Return of Frank James (1940), de Fritz Lang, y Las Tres Noches de Eva (1941), de uno de los grandes de la comedia, Preston Sturges.
Además de Seis Destinos (1942) de Julien Duvivier, The Ox-Bow Incident (1943) de William Wellman, Pasión de los Fuertes (1946), El Fugitivo (1948) y Fort Apache (1948), las tres de nuevo del gran John Ford.
En la década de los 50, Fonda se tomó su carrera con más calma y sus apariciones en la pantalla grande perdieron ese ritmo frenético de producción de la primera etapa de su carrera, marcada por su largo contrato con la 20Th Fox.
A mediados del decenio regresó al cine y volvió a contar con la colaboración de John Ford, con quien apareció en Escala en Hawai (1955), película terminada por Mervyn LeRoy. Otros filmes de la década fueron Guerra y Paz (1956) de King Vidor, Doce Hombres sin Piedad (1957) de Sydney Lumet, Cazador de Forajidos (1957) de Anthony Mann, Falso Culpable (1957) de Alfred Hitchcock o El Hombre de las Pistolas de Oro (1959) de Edward Dmytryk. En los años 60 y 70 participó en series televisivas y en varios títulos importantes como Tempestad sobre Washington (1962) de Otto Preminger, proyectos megalómanos como La Conquista del Oeste (1962) y El día más Largo (1962); películas estimables como Punto Límite (1964) de Lumet, la divertida comedia La Pícara Soltera (1964) de Richard Quine.
El Estrangulador de Boston (1968) de Richard Fleischer, Brigada Homicida (1968) de Don Siegel, y en varios westerns como Los Desbravadores (1965) de Burt Kennedy, Hasta que Llegó su Hora (1968) de Sergio Leone, Los Malvados de Firecreek (1968) de Vincent McEveety, El Club Social de Cheyenne (1970) de Gene Kelly.
El día de los Tramposos (1970) de Joseph L. Mankiewicz o Mi Nombre es Ninguno (1974) de Tonino Valeri y en inolvidables cintas de desastres típicos de la época. El incansable y meritorio Henry Fonda recibió el Oscar de Hollywood poco antes de morir por su participación en En el Estanque Dorado (1981), una película de Mark Rydell co-protagonizada con otra gloria de la mejor época del cine estadounidense, Katharine Hepburn, quien también logró la preciada estatuilla dorada. Un año antes, a Fonda le habían otorgado el Oscar honorífico.